Soledad Miranda, defendiendo su derecho al trabajo junto a sus compañeros de vendedores unidos
“El torturador es un funcionario. El
dictador es un funcionario. Burócratas armados, que pierden su empleo si no
cumplen con eficiencia su tarea. Eso, y nada más que eso. No son monstruos
extraordinarios. No vamos a regalarles esa grandeza.”
Fuente: “Días y noches de amor y de
guerra”, p. 168 Eduardo Galeno.
Escrito por: Ronnie Huete S.
Periodista internacional
Washington DC, 24 de febrero de 2020. Ser madre soltera en los Estados Unidos
y luchar por el derecho al trabajo, es una odisea capitalista que Soledad Miranda
ha decidido enfrentar junto a su hija, en la capital de los Estados Unidos.
Miranda,
es una de las voceras de la organización “Vendedores Unidos” y quien junto a sus
demás compañeros de lucha reivindican el derecho humano al trabajo.
Y
es que el proceso de estadía laboral en los Estados Unidos de América EUA, esta
estratificado por una jerarquía racial, que todavía existe en la tierra de Donald
Trump.
Esta
costumbre feudal sigue arraigada en la cosmovisión de gran parte de la población
estadounidense, cuyo pensamiento aun gira con cierta superioridad del color de
la piel.
Miranda,
nació en Latinoamérica y como todos “Los vendedores unidos” intentan luchar
contra esa imposición de pensamiento racial y a diario corren peligro de ser golpeados
o encarcelados por quienes vigilan los negocios de las grandes corporativas.
Con
altas o bajas temperaturas, los vendedores unidos desafían el poder corporativo
para poder sobrevivir de la alta presión de la vida que define el día a día de
los ciudadanos en los EUA.
“Columbia Heights” es
la zona que testifica la lucha de los “vendedores unidos”, en medio del
ambiente metropolitano de Washington Distrito de Columbia DC, en donde es común
escuchar las voces de las mujeres que replican; “atol de elote, tacos. Gorros, suéteres”
como sí se tratase de una avenida de Centroamérica.
Su eco de lucha les
permite sobrevivir a la inclemencia de los EUA y a su vez a fortalecer la economía
de sus naciones de origen, puesto que el envío de remesas para sus familiares, es
una extensión solidaria que mantiene la economía de los suyos.
Luchar por la vida, no
es un delito, sin embargo, la criminalización contra los vendedores unidos sigue
vigente cuando la policía metropolitana les persigue, les amenaza y hasta han
llegado a la violencia de golpear a una menor, esto según el relato de los
propios vendedores unidos, quienes en reiteradas ocasiones han solicitado el
llamado de auxilio.
“Nosotros estamos solicitando
a las autoridades de DC que nos proporcionen una licencia para poder vender en
la calle y que cese la persecución de la policía, esa es nuestra lucha y hasta
que no obtengamos la licencia, no pararemos de seguir luchando en las calles”
reafirmó con tono fuerte Soledad Miranda, frente a una oficina de la Policía Metropolitana
de DC, junto a sus compañeros, mientras protestaban pacíficamente exigiendo
respeto y amor por el trabajo que hacen.
Bajo una fuerte lluvia,
recientemente los venderos unidos realizaron una protesta pacífica en los
alrededores de una oficina policial, sin embargo, no obtuvieron una respuesta
de parte de los funcionarios policiales.
Ante ello, la solución para
que los vendedores unidos no sigan siendo víctimas del atropello racial capitalista,
es necesario una respuesta de parte de las autoridades en Washington DC, para
que en un futuro no haya una tragedia que lamentar, puesto que la furia
policial ya se ha demostrado en reiteradas ocasiones, hasta que niveles puede
llegar en los Estados Unidos.
De igual forma, es
necesario que haya una unidad entre los organismos de derechos humanos en Washington
DC, para exigir que el respeto al derecho a trabajar libremente sea una ley que
determine el andar de cada ciudadano estadounidense, que miran con desdén el
trabajo de los vendedores unidos.
Ya la historia universal
de la humanidad lo ha demostrado, que una respuesta con violencia solo ha
generado más violencia y desolación entre sus pobladores, por tal motivo la
lucha de vendedores unidos es legitima e infinita, puesto que su único delito
es sobrevivir en el sistema económico más injusto, que ha engendrado la
humanidad.
Mientras toda esta solución
se cumpla, soledad Miranda seguirá construyendo junto a sus compañeros de
vendedores unidos esa avenida de lucha, cuyo diseño es inspirado por los niños
de esas madres solteras que observan con admiración la perseverancia de sus
progenitores.
Como periodista
independiente, internacionalista y defensor de la vida, me sumo a la exigencia de
los vendedores unidos, en que les brinden una licencia que les pueda brindar
una mejor calidad de vida y trabajo digno, puesto que es un derecho internacional, y que desde ya, está contribuyendo
con la economía de los Estados Unidos.
Ser madre soltera, es el
mayor reto de vida que tiene una mujer en este mundo injusto, pero a la vez es el
preámbulo de un nuevo diseño social, que transforma a la madre en una mujer infinitamente
más fuerte, Soledad Miranda es la prueba viviente de esa evolución social de la
mujer, cuyo brazo de lucha, es el amor a su hija.
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