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viernes, 3 de diciembre de 2021

La reversión, del golpe de Estado



Una nueva bandera de lucha popular se alza en Honduras, con el inicio de la reversión del golpe de Estado de 2009, cuando la presidente electa Xiomara Castro de Zelaya comience su mandato presidencial (2022-2026). Así lo demanda el soberano pluricultural resistente, de este país centroamericano junto con la sangre de los mártires exigiendo justicia y libertad.

 

La historia de los 12 años de dictadura silenció a punta de fusil los gritos de emancipación para algunos que recorrían esa avenida utópica, como el joven de 24 años Pedro Magdiel Muñoz quien caminó hacia la frontera con Nicaragua en julio de 2009, condenando el golpe de Estado y cuyo cuerpo fue regresado con 70 apuñaladas después de haber sido torturado, por esa jauría de gorilas vestidos de militar.

 

Escrito por: Ronnie Huete-Salgado

Periodista internacional

 

Washington DC, 4 de diciembre de 2021. Se inició la reversión del golpe de Estado en Honduras, mediante los votos de la población electoral, que repercutieron en el triunfo de la ex primera dama, Xiomara Castro de Zelaya (2006-2009), en las elecciones generales del pasado 28 de noviembre.

 

La esposa del ex presidente José Manuel Zelaya, abanderó varias protestas en 2009 cuando su esposo fue echado de su país a través de un golpe de Estado militar, político, religioso y empresarial, apoyado por el entonces gobierno de los Estados Unidos de América, quien tenía como vicepresidente al actual presidente demócrata Joe Biden.

 

Para ese entonces, la ahora presidente electa, se mantuvo clandestina cuando su esposo estaba en el exilio, mientras las hordas asesinas de las fuerzas armadas de Honduras reprimían al pueblo de esa nación, cuando protestaban contra la asonada castrense de 2009.

 

La violencia en las calles de Tegucigalpa fue extrema, personas ensangrentadas corrían en medio del gas lacrimógeno huyendo de los disparos con arma de fuego, de parte de la policía nacional y los militares.

 

Ambos aparatos de seguridad del Estado corrían con garrote en mano para torturar a los hondureños, que condenaban el primer golpe de Estado perpetrado en el siglo XXI en Latinoamérica.

 

Desde entonces, esta fue la agenda fascista diaria que dictaminó el auto proclamado presidente de facto Roberto Micheletti y el general Romeo Vásquez Velásquez y demás gobiernos de facto que los sustituyeron en el periodo 2009-2021.

 

Esta estructura de facto fue apoyada por las familias de la elite hondureña, representados en ese entonces en el Consejo hondureño de la Empresa Privada (COHEP) y la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), quienes ahora celebran junto a la familia Castro Zelaya, el triunfo presidencial.

 

Este fue el inicio de la historia de una fuerte resistencia pacífica que resultó en el asesinato, persecución, encarcelamiento, exilio, violaciones de derechos humanos entre una serie de vejámenes contra la población que desde 2009 hasta el presente, se mantuvo resistente contra el régimen.

 

Se había liberado una jauría de “gorilas fascistas” bendecidos por el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez, todo un diseño dictatorial en las entrañas del corazón de América y que fue silenciado por la prensa tradicional de Honduras, quienes gritaron al unísono que había “una sucesión constitucional”.

 

Falsedad que ha sido desmentida a lo largo de los años mediante la guerra mediática, que muchos periodistas combatimos contra la hegemonía del pensamiento global, que intenta adueñarse del imaginario social de los receptores.

 

La cuarta prostituta de la información, conocida como prensa en Honduras a sido derrotada por la fuerza popular del pueblo, quien se mantuvo en las calles luchando por el rescate del Estado.

 

Sin embargo, para que esta reversión del golpe de Estado avance, el gobierno electo de Castro de Zelaya posee grandes desafíos para iniciar con una verdadera recuperación del Estado.

 

Uno de estos desafíos es reconocer y nunca olvidar, que el pueblo de Honduras, es el verdadero poder emancipador que les apoyó y depositó su confianza para recuperar el gobierno que el ex presidente José Manuel Zelaya perdió, cuando fue depuesto por sus propios amigos militares.

 

Es la obligación de la presidente electa Xiomara Castro de Zelaya, de extender su apoyo permanente gubernamental hacia las comunidades garífunas, indígenas, campesinas y ambientalistas, cuya lucha popular en la recuperación de sus territorios y recursos naturales, los ha situado en la verdadera vanguardia contra el régimen saliente.

 

La imposición de las Zonas Especiales de Desarrollo y Empleo (ZEDE), iniciadas en el gobierno de Ricardo Maduro Joest (2002-2006), y puestas en marcha en la actual administración saliente, deben ser abolidas en su totalidad siendo este otro de los grandes desafíos para la primer mujer presidente de Honduras. 

 

De igual forma, no debe de existir un discurso de reconciliación con los que perpetraron el golpe de Estado y todos los vejámenes ocurridos en 12 años de dictadura, al contrario, deben desarrollarse las investigaciones que revelen los culpables de los crímenes de lesa humanidad ocurridos en este periodo de luto masivo, de la nación centroamericana.

 

A su vez, la barbarie que ocurrió en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), bajo la administración rectoral de Julieta Castellanos Ruiz, debe ser investigada y sacada de la impunidad en que se encuentra por el actual Estado fallido.

 

El encarcelamiento, la tortura y la persecución judicial contra los estudiantes universitarios fue un hecho histórico de violación de derechos humanos, jamás visto en Honduras y que ahora en este nuevo gobierno, es el momento de que la justicia pueda sanear la suciedad, cuyo fétido olor pudre a la máxima casa estudios (UNAH).      

 

La administración Castellanos Ruiz de la UNAH junto al narco-dictador Juan Orlando Hernández, se encargaron de desaparecer todo pensamiento critico contra las barbaries que ambos sectores estatales hicieron en detrimento del país.

 

Por tal motivo es de suma importancia que el nuevo gobierno recupere el Estado jurídico de Honduras y hacer valer las leyes contra los criminales involucrados en narcotráfico, puesto que el llevarlos a Nueva York, también confirma la agonía de una Corte Suprema de Justicia, que debe recuperar su verdadero valor para que el peso de la ley, haga mella en estos detractores del Estado.

 

La presidente electa Castro de Zelaya, posee una enorme responsabilidad que no se mencionan totalmente en este recuento, pero que también debe dirigir su mirada como presidente para el retorno seguro e inmediato para los exiliados políticos.

 

Esta población exiliada y diseminada en varias partes del mundo, fueron obligados a huir como producto de la persecución judicial y amenazas a muerte por oponerse en su momento histórico contra la narco-dictadura.

 

Por lo menos los asilados sobrevivieron, ya que la historia de los 12 años de dictadura silenció a punta de fusil los gritos de libertad para algunos que recorrían esa avenida utópica, como el joven de 24 años Pedro Magdiel Muñoz quien caminó hacia la frontera con Nicaragua en julio de 2009 condenando el golpe de Estado y cuyo cuerpo fue regresado con 70 apuñaladas después de haber sido torturado, por esa jauría de gorilas vestidos de militar.

 

Ronnie Huete Salgado es licenciado en periodismo con Maestría en Cooperación al Desarrollo y elaboración de proyectos, estudió presencial en la Universidad Politécnica de Valencia, España y en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH en donde también realizó estudios de sociología, actualmente es corresponsal internacional para medios alternativos y autónomos de comunicación. En el presente vive como asilado político en los Estados Unidos de América desde hace cuatro años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




sábado, 27 de noviembre de 2021

El aguijón de la “democracia”


Desde el golpe de Estado de 2009 la población hondureña a resistido una dictadura evolucionada en narco-dictadura. Fotografía captada por el autor de este artículo el 28 de junio de 2009 en Tegucigalpa, Honduras. 

 

“No se pueden generar cambios profundos y verdaderos sino es desde la lucha y participación permanente de los pueblos yendo mucho más allá del teatro electoral”.  Berta Cáceres

 

Con una invisible oposición de los partidos políticos opositores, las comunidades más desposeídas y vilipendiadas como son los garífunas, indígenas y campesinos han asumido el gigantesco reto de hacerle frente a este poder de la mafia, que tiene incrustado su aguijón criminal de poder.

 

Escrito por: Ronnie Huete Salgado

Periodista internacional

 

 

 

Washington DC, 28 de nov de 2021. A ocho años de realizarse dos fraudes electorales en Honduras, nuevamente este Estado fallido de Latinoamérica realiza elecciones generales para elegir su próximo gobernante de facto.

 

La historia política de este país centroamericano desde el año 2013, ha sido diseñada a través de fraudes electorales, que han posicionado como presidente del poder ejecutivo a Juan Orlando Hernández.

 

Esto según lo descrito en informes de organismos internacionales que observaron estos procesos en los años 2013 y 2017. 

 

Los organismos internacionales de derechos humanos, fueron representaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como de la Organización de Estados Americanos (OEA) y una delegación de la Unión Europea entre otras.

 

La Democracia hondureña esta fracturada desde el golpe de Estado de 2009 posicionando a Honduras como un Estado fallido y con ello una serie de presidentes de factos.

 

Para este 2021 la historia parece repetirse y nuevamente los candidatos de la oposición y del oficialismo, pelean por obtener el poder pagando toda una estratagema de campañas millonarias de proselitismo político al oligopolio mediático de ese país, mientras sus habitantes huyen en éxodos apocalípticos hacia los Estados Unidos.

 

En Honduras la pobreza a evolucionado en miseria y la democracia en una narco-dictadura cuyo “presidente” controla los tres poderes del Estado, pese a que ha sido descrito por una corte de Nueva York como un fuerte capo de la droga de la región latinoamericana.

 

Con una invisible oposición de los partidos políticos opositores, las comunidades más desposeídas y vilipendiadas como son los garífunas, indígenas y campesinos han asumido el gigantesco reto de hacerle frente a este poder de la mafia, que tiene incrustado su aguijón criminal de poder.

 

 

 

Mirian Miranda es una líder comunitaria de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) y en diversas declaraciones a medios internacionales, ha descrito que en sus comunidades han recuperado territorios para cultivar sus alimentos y poder constituir gobiernos autónomos, alejados de la narco-dictadura.

 

“Hemos sido comunidades abandonadas por todos los gobiernos y nos reprimen al punto de desaparecernos compañeros, amenazarnos a muerte y hasta encarcelarnos, solo por el hecho de luchar por nuestras tierras ancestrales en Honduras” Mirian Miranda.

 

La OFRANEH junto a El Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras COPINH, son los entes del movimiento social que se han opuesto ha este gobierno criminal, su riesgo es tal que en 2016 la coordinadora del COPINH Berta Cáceres fue asesinada en su propia casa.

 

Berta Cáceres se opuso junto al COPINH a una transnacional hidroeléctrica de capital chino y cuyo accionista de dicho proyecto en Honduras, es el reconocido empresario de origen árabe, Camilo Átala a quien la familia de Berta Cáceres atribuye el asesinato intelectual de la líder indígena y ambientalista internacional, quien defendió con su propia vida al rio Gualcarque.

 

Otro sector organizado que decidió oponerse a los dictamines de la narco-dictadura, fue la población estudiantil universitaria que desde el año 2009 también han sido vanguardia del movimiento social, pero que en la actualidad sufren persecución judicial, encarcelamiento y constantes amenazas a muerte como respuesta del régimen criminal que domina a Honduras.

 

Las protestas estudiantiles contra los dos fraudes electorales y las falencias del sistema de educación superior, desembocaron en un terremoto continuo de persecución judicial de parte de una funcionaria estatal, cuyo cargo fue el de rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

 

La ex rectora Julieta Castellanos Ruiz, concentró todos sus esfuerzos y parte de su millonario presupuesto de seguridad, para criminalizar a los estudiantes universitarios, hecho que la situó como una funcionaria violadora de derechos humanos ante el mundo.

 

El Extraño asesinato de dos líderes sindicales y un padre de familia de un universitario, así como el encarcelamiento de jóvenes estudiantes y una universidad fuertemente militarizada, fue parte del legado que dejó Castellanos Ruiz, visibilizado mundialmente.

 

Y es que está funcionaria del Estado ha trabajado de cerca con el actual gobernante de facto de Honduras, puesto que según fuentes fidedignas es una de las misiones que debe de cumplir en su desempeño como empleada de Washington.

 

Esta es una mini radiografía del ambiente en que se realiza un nuevo proceso electoral en donde uno de sus candidatos presidenciales, es un expresidiario hondureño quien cumplió una pena judicial de tres años, en una cárcel de Nueva York.

 

Se trata de Yani Rosenthal quien fue acusado formalmente por Estados Unidos por lavar dinero de la droga del reconocido clan narcotraficante de los “Cachiros”.

 

Este político es un millonario empresario de Centroamérica cuyos orígenes judío askenazi ha heredado de su difunto padre Jaime Rosenthal, quien también fue candidato presidencial.

 

 

Yani también fungió como ministro de la presidencia en el gobierno del depuesto expresidente José Manuel Zelaya, cuya esposa Xiomara Castro de Zelaya actualmente es otra de las candidatas presidenciales por segunda vez. Su última participación la hizo en las elecciones de 2013.

 

El partido político opositor que representa la ex primera dama Xiomara Castro ha compartido parte del poder con el oficialismo, a través de las diputaciones que posee en el Congreso Nacional y entre otras negociaciones, por lo que una buena parte del movimiento social hondureño no tiene credibilidad en esta institución política, ya que también señalan la poca oposición que ha hecho este partido de “izquierda” en los últimos 8 años.

 

Por su parte el candidato presidencial del partido oficialista de gobierno Nasry Tito Asfura de origen árabe, fue acusado por la fiscalía de Honduras por malversación de fondos, sin embargo, un juez sobreseyó la acusación, por lo que se suma a los ya varios casos de corrupción engavetados que existen en Honduras.

 

Ya son varios los funcionarios y empresarios hondureños que han hecho lobby en Washington para cabildear entre estos posibles candidatos presidenciales, sin embargo, infelizmente será el aguijón de Washington quien tenga la última palabra en este proceso.

 

Tal y cual ocurrió en noviembre de 2017 cuando una comitiva política encabezada por el presentador de televisión, Salvador Nasrralla y el político Guillermo Valle se reunieron en el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, para solicitar a Washington que negara la entrada como presidente de Honduras a Juan Orlando Hernández.

 

La respuesta de este ente gubernamental estadounidense fue negativa, puesto que decidieron seguir apoyando a Juan Orlando Hernández como “presidente” de Honduras, pese a las violaciones de derechos humanos, encarcelamientos y asesinatos de parte de miembros de las fuerzas de seguridad del Estado de Honduras contra la población hondureña civil, que protestaba contra el fraude electoral.

 

Ya Washington conoce muy de cerca al ex convicto Yani Rosenthal y con cuyo padre tuvo buenas relaciones diplomáticas, por lo que existe una remota probabilidad que este sea el próximo elegido, obviando con su aguijón político imperialista la última decisión “democrática” del pueblo hondureño.

 

Ante este escenario político el pensamiento de Berta Cáceres se manifiesta con una fuerte vigencia cuando decía; “No se pueden generar cambios profundos y verdaderos sino es desde la lucha y participación permanente de los pueblos yendo mucho más allá del teatro electoral”.  

 

 

Ronnie Huete Salgado es licenciado en periodismo con Maestría en Cooperación al Desarrollo y elaboración de proyectos, estudió presencial en la Universidad Politécnica de Valencia, España y en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH en donde también realizó estudios de sociología, actualmente es corresponsal internacional para medios alternativos y autónomos de comunicación. En el presente vive como asilado político en los Estados Unidos de América desde hace cuatro años.

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Licenciado en periodismo con Maestría en Cooperación al Desarrollo y elaboración de proyectos, estudió presencial en la Universidad Politécnica de Valencia, España. Las opiniones vertidas en este blog no son opiniones personales del autor, puesto que responde a hechos que describo sobre un diario de experiencias, que hace énfasis en la investigación desde las dinámicas académicas antropológicas y sociológicas, que son descritas en medios de comunicación internacionales mediante el monitoreo de información que realizo en distintos medios de prensa. Mi libre opinión no busca desestabilizar a algún Estado, al contrario, busca incansablemente aportar al debate público de las ideas para el fortalecimiento de la democracia internacional. Soy un periodista independiente, no pertenezco a una organización política, lo cual me da mayor libertad para pensar y expresar mis opiniones. Si usted encuentra información imprecisa, por favor comuníquese conmigo en este correo: huetesalgado@gmail.com para así a través de su crítica constructiva, aclaraciones o demás aportes en general, lograr aclarar los hechos que describo en los artículos.