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lunes, 7 de enero de 2019

Brasil: los desequilibrios del poder

Por sus polémicas declaraciones el nuevo presidente de Brasil es conocido como el Donald Trump de Sudamérica.


Foto: Miguel Schincariol / AFP


La década de los setentas del siglo XX, escribió una fuerte historia militarizada en países como Brasil, Argentina, Uruguay entre otros, sin embargo, en el presente la repetición de estos hechos podrían ser la nueva atmosfera política.

Los recientes acercamientos del hijo del presidente de Brasil, en Washington ya diseñan los intereses políticos y económicos que posiblemente llenen la agenda gubernamental de Brasil en la “era Bolsonaro”.

Escrito por: Ronnie Huete S.
Periodista internacional

  
Washington DC, 7 de enero de 2019. Con la reciente toma de posesión del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, Latinoamérica vuelve a recordar la era de los años setenta del siglo pasado.

Una fuerte parte de la población brasileña mantiene la opinión que el discurso de Bolsonaro, se asemeja al contexto de los presidentes que gobernaron bajo el contexto de las dictaduras militares.

La historia latinoamericana describe que estos presidentes mantenían una política de terror contra los ciudadanos brasileños que se oponían a sus decisiones gubernamentales.

Desapariciones, torturas, encarcelamientos injustificados, en fin, una serie de variables sociales que situaban a Brasil del siglo pasado como un país irrespetuoso de los derechos humanos.

Todos estos datos son de fácil acceso en diversos medios escritos de la época o la internet, sin embargo, aunque está información es de acceso público, la pregunta colectiva en otras regiones del mundo es; ¿Como ganó Bolsonaro?

El éxito de la enajenación de las masas, a través de informaciones falsas o la construcción de realidades adversas a las que algunos medios de comunicación masivos internacionales, construyen, es un método que ha mantenido una manipulación mental entre los receptores.

Hacer creer que un discurso basado en conceptos religiosos, interpretados según sus intereses políticos, alejados de un claro aporte a la realidad tangible de Brasil, alejan a sus ciudadanos de la abstracción del pensamiento, es el método de dominación de las masas en el contexto del nuevo orden mundial.

La difusión que hacen algunos medios de comunicación, al servicio de quienes diseñan la realidad en un determinado Estado, es en base a un sentido común predominante, sin destellos de lucidez y contexto académico que puedan indagar en propuestas congruentes a las falencias que penetran con fuerza a una nación.

Brasil, cuya nación es referente de Latinoamérica, por su producción industrial y riqueza natural, sus habitantes con constantemente víctimas de las publicaciones que agendan los monopolios mediáticos que rigen con su verdad.

Verdad mediática que fue colocada en una disyuntiva entre el bien y el mal, siendo el bien todo lo que representa los mandatos de un “dios” que ama la rigidez y el dinero, y siendo el mal todo lo que cuestiona a este “dios”.

Basado en esta disyuntiva del discurso, Bolsonaro inició y finalizó su campaña política, convenciendo a millones de brasileños con su discurso religioso, lleno de oprobios y contradicciones personales para alguien que abiertamente está a favor de la tortura.

Las etiquetas de las políticas encasilladas en sus ideologías no empujaron con fuerza en la deslegitimación de este discurso, que claramente no hizo claros aportes en un nuevo diseño económico, en pro del mejoramiento de Brasil.

Ambos bandos políticos se concentraron en dirigirse a una población enajenada, víctima del engaño mediático que mantiene la ilusión social en Brasil, en vez de despertar a estos ciudadanos, que aun duermen bajo los efectos del gas producido por la disuasión del mensaje.

Brasil inicia una nueva era en su historia, “la era Bolsonaro” cuyo apoyo internacional y los acercamientos con Washington, designan los nuevos destinos de la potencia sudamericana.

Y esta era comenzó sus acercamientos con Washington, tal como lo publican algunas agencias de prensa internacional que difunden los seguidos acercamientos del hijo del nuevo presidente de Brasil, Eduardo Bolsonaro con funcionaros de peso del gobierno estadounidense de Donald Trump.

Ejemplo de estas publicaciones en relación con las visitas que el hijo de Bolsonaro realiza en Washington, es la que hizo la Agencia Italiana de Noticias (Ansa-Latina), la que describe que la secretaria de Estado adjunta se reunió con Eduardo Bolsonaro, mientras el Consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos John Bolton, viajaba a Brasil.

Según las declaraciones emitidas por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, las conversaciones que efectuó su hijo Eduardo Bolsonaro, quien también funge como diputado, fueron en relación con posibles acuerdos bilaterales sobre delitos financieros.

El nepotismo en ciertos gobiernos del continente americano es un reflejo de la extensión del poder para aferrarse como una espiral de influencias interminables, pese a que este precepto violenta los códigos de ética, que mantienen el equilibrio en los designios de un Estado.

Los desequilibrios del poder, cuyo vientre de formación y comportamiento provienen del amor al dinero, es una posible línea estratégica que mantendrá la nueva administración brasileña.


    
  


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Licenciado en periodismo con Maestría en Cooperación al Desarrollo y elaboración de proyectos, estudió presencial en la Universidad Politécnica de Valencia, España. Las opiniones vertidas en este blog no son opiniones personales del autor, puesto que responde a hechos que describo sobre un diario de experiencias, que hace énfasis en la investigación desde las dinámicas académicas antropológicas y sociológicas, que son descritas en medios de comunicación internacionales mediante el monitoreo de información que realizo en distintos medios de prensa. Mi libre opinión no busca desestabilizar a algún Estado, al contrario, busca incansablemente aportar al debate público de las ideas para el fortalecimiento de la democracia internacional. Soy un periodista independiente, no pertenezco a una organización política, lo cual me da mayor libertad para pensar y expresar mis opiniones. Si usted encuentra información imprecisa, por favor comuníquese conmigo en este correo: huetesalgado@gmail.com para así a través de su crítica constructiva, aclaraciones o demás aportes en general, lograr aclarar los hechos que describo en los artículos.