Cuerpos sin vida de un inmigrante y su hija en la frontera de Estados Unidos y México. |
Fotografía: Agencia EFE
Realmente las razas no existen, pero su invención en los
antiguos imperios de Grecia y Roma sometió a muchas naciones mediterráneas,
haciéndoles creer que una raza superior sometía a otra, dos mil años después, está
fabula fascista sigue teniendo vigencia en el siglo XXI, pese a que científicamente
se ha comprobado que la única raza, es la raza humana.
La siguiente historia es el testimonio de un joven
inmigrante, a quien no se le revela su nombre por razones de seguridad. “Ningún
ser humano es ilegal” es una consigna que utilizan los movimientos sociales en
el mundo para defender los derechos humanos de los inmigrantes.
Escrito por: Ronnie Huete S.
Periodista internacional
Washington DC, 1 de agosto de 2019. En la lejanía de uno de los “cantones”
como son conocidas las aldeas en El Salvador, específicamente en el
departamento de Usulután habitaba el joven salvadoreño a quien conoceremos como
“Luis”.
Con
18 años, su destino ya lo había decidido, viajar hacia los Estados Unidos de
América (EUA), para trabajar y así ayudar a su abuela a quien llama mamá,
puesto que fue quien le cuidó desde que era un recién nacido.
El
infortunio de Centroamérica al ser victima de las guerras civiles, las
invasiones al estilo Washington y el advenimiento de las pandillas exportadas
desde Los Ángeles (EUA) hacia la región y los gobiernos corruptos apoyados por la
mano imperialista, son algunas de las condicionantes que obligan a los jóvenes
a abandonar sus tierras.
La
historia comprueba que los países centroamericanos han sido sometidos con mayor
ahínco a las políticas exteriores de los EUA, y a su duro vasallaje que ha
dejado una estela de neocolonialismo, pero los gobiernos estadounidenses
insisten en llamarles relaciones diplomáticas, países aliados, en fin, colonias
no declaradas es la expresión más certera.
“Luis”
desconoce la política internacional y por qué su aldea no cultiva la tierra
como solía hacerlo antes, según lo afirmaban los relatos de sus antepasados,
quienes también abandonaron el país cuando el conflicto armado en El Salvador
estaba en su apogeo.
La
gran diáspora de centroamericanos es hoy un fuerte componente en la población,
economía y la cultura de los EUA, pese a que el presidente de ese gobierno
insiste en llamarles con adjetivos peyorativos que solo hace denotar el odio de
este dictador contra la humanidad.
En
una reciente entrevista que realice con “Luis” describió que el viaje por
tierra hacía los EUA, es una aventura llena de esperanzas, peligros y alegrías.
En
su primer intento llego hasta la frontera que está situada en el paso Texas,
sin embargo, fue detenido por la policía de migración.
El
miedo y la confusión que sintió “Luis” no lo hacían comprender porque lo
arrestaban como a un delincuente, ya que su propósito era el de trabajar en los
EUA.
Lo
encerraron en un complejo de casas en donde había menores de edad como él,
según “Luis” el lugar era muy bonito, tenía juegos, clínicas, escuelas, en fin,
todo un oasis en medio del desierto, pero lo que vivió después, quebró este
espejismo que crean las políticas de migración en los EUA para mantener privados
de libertad, a los menores que ingresan irregularmente a territorio
estadounidense.
Se
le asignó una abogada para que llevara su caso de migración y le dijo que, si
le aprobaban su caso, solo tendría que pagar una fianza para salir de su
privación de libertad, no obstante, generalmente estas son fuertes cantidades
de dinero que la mayoría no puede pagar.
4
meses habían transcurrido desde que “Luis” se encontraba privado de libertad en
un complejo de casas, cuyo contexto es un espejismo que luego se disuelve
cuando definen el estatus legal de los menores, el caso de Luis se definió en
una corte y según lo narra, nuevamente no entendía por qué lo trataban como a
un delincuente, amarrándole de pies y manos con unos grilletes que sentenciaban
su estatus en los EUA.
La
decisión de la corte de migración estaba tomada y definió que “Luis” no podría
pasar a los Estados Unidos, y sería de vuelto a su país, El Salvador.
Nuevamente
a “Luis” se le engrilleto de pies y manos y con tan solo 18 años, su destino
había sido trazado por una desconocida a quien él llamaba la “juez de mi vida”.
“Fui
trasladado a una cárcel del Estado de Texas, para mi fue extraño ya que nunca
he delinquido, mi objetivo era solo el de trabajar y ayudar a mi mamá que esta
en El Salvador, realmente ella es mi abuela, pero yo le digo mamá, ya que mi
madre biológica me abandono desde que era un bebe para viajar a los EUA, y
desde allá nos apoyaba.
En
la cárcel estatal “Luis” mantenía su esperanza intacta, seguir su sueño de
trabajar en los EUA. Cuando llegó el turno de él para ser deportado, sintió que
solo había terminado un intento pero que seguiría otro.
“Fui
deportado a El Salvador aun no me queda claro, solo quería trabajar en los EUA,
sin embargo, mi sana intención no agradó al gobierno de ese país, por no tener
papeles me trataron como un delincuente”.
Sin
embargo, Luis decidió hacer un segundo viaje, pero esta vez iba ir acompañado
con un primo.
“En
este segundo viaje tenia la seguridad que iba a pasar la frontera” manifestó
“Luis” con una fuerte nostalgia que le hizo parar la entrevista, ya que había
muchos recuerdos que no le permitían seguir, sin que su vos fuera interrumpida
por la aflicción de lo que contaría después.
En
la mitad del camino de este viaje por el desierto fronterizo, fue separado de
su primo, ya que así lo decidieron los que le dirigían en este nuevo intento de
cruzar la frontera, que le llevaría a cumplir su destino.
Sin
embargo, en el camino por el desierto, su primo cayó muerto por el voraz clima
de estas regiones desoladas, mientras que “Luis” logró pasar la frontera y
viajar hacia el norte de los Estados Unidos en donde le esperaban sus
familiares.
Al
llegar a casa de uno de sus tíos, se entero que su abuelo había muerto en El
Salvador, justo el día en que “Luis” había entrado a los EUA para comenzar su
nueva vida.
Historias
como las de “Luis” son muchas en los EUA, cuya nación es fundada por
inmigrantes y sigue siendo fortalecida económicamente por los que deciden
inmigrar y hacer su vida en este país.
Pese
a que la historia de los Estados Unidos fue escrita por la población de inmigrantes
de origen anglosajón, que despojaron de sus tierras a los indígenas nativos de
este país, hecho que ya ha sido condenado como aberrante, se está repitiendo.
Con
la diferencia que está vez son los nuevos inmigrantes de origen latinoamericano
que están siendo expulsados y condenados, a través de una ley de migración que
más se asemeja a una norma racial que define el estatus de humano según el
color de su piel.
“Existía
ya a fines del siglo XV en la península ibérica el discurso acerca de la
«pureza de sangre». Este discurso era una forma de proto-racismo movilizado contra
las poblaciones musulmanas y judías durante la conquista colonial por parte de
la monarquía católica para destruir el poder político musulmán en la península
ibérica, territorio conocido como Al-Ándalus” Michel Foucault.
No hay comentarios:
Publicar un comentario