El reciente nombramiento de Hugo Llorens como asesor del
nuevo gobierno hondureño entre las políticas de Washington y Honduras, es una prueba
que los actores del golpe de Estado de 2009 se mantienen más fuertes que nunca.
Este aparente dominio del imperialismo, es muy probable que
haya utilizado a sus engendros politiqueros en los adentros de la Otrora Organización
de los Estados Americanos OEA y los que mantiene trabajando en los adentros del
submundo de la política hondureña.
El golpe de Estado de 2009 fue directamente a la población de
Honduras, a esas mayorías explotadas por el capital transnacional, puesto que
el Estado es una sociedad humana establecida en el territorio que le pertenece.
Escrito por: Ronnie Huete-Salgado
Periodista internacional
Washington DC, 4 de agosto de 2022. Washington sigue embistiendo con su
política exterior en el triángulo norte de Centroamérica.
Honduras
mantiene su vigencia como país experimento de injerencia imperial sobre este
nuevo gobierno, que se encuentra minado de todo el escenario escarnecedor del
golpe de Estado de 2009 y de las bestias asesinas vestidas de militar.
Los
empresarios que pertenecen a una burguesía clásica, acostumbrada a negociar con
cada gobierno imperial de los Estados Unidos, son los mismos que hace 13 años
vestidos de blanco en las calles, gritaban condenando una supuesta injerencia
de Venezuela que nunca ocurrió y nunca ocurrirá.
Muchos
de estos empresarios en el presente corean al unísono la llegada del nuevo
gobierno como una nueva oportunidad, de recobrar un país saqueado y torturado,
en todos los sentidos, como producto de la Narco-Dictadura que, durante 12
años, ellos mismos aplaudían en sus aquelarres del poder factico.
A
esto se suma la joven oligarquía que fue engendrada y alimentada en el bastión
de la mafia que lideró el gobierno saliente, cuyo líder se encuentra privado de
libertad en una cárcel de Nueva York.
Tanto
la clásica burguesía, como la recién nacida de una mafia reconocida públicamente,
son engendros del golpismo que rondan como hienas carroñeras para seguir
mutilando el Estado de Honduras.
El
reciente nombramiento de Hugo Llorens como asesor del nuevo gobierno hondureño
entre las políticas de Washington y Honduras, es una prueba que los actores del
golpe de Estado de 2009 se mantienen más fuertes que nunca.
Llorens
fungía como embajador de los Estados Unidos en 2009, cuando en Honduras se
asestó un golpe de Estado, político, militar, empresarial y religioso apoyado
por el departamento de Estado en Washington DC en el gobierno de Barak Obama.
Para
ese entonces el vicepresidente de la nación norteamericana era Joe Biden,
actual presidente de este país, y cuya llegada al poder del gobierno ha sido
cuestiona por una fuerte población estadounidense, que señalan de ilegal.
Todo
apunta a que el nuevo gobierno de Honduras, presidido por Xiomara Castro quien
es esposa del ex presidente José Manuel Zelaya, esta condicionado para gobernar,
puesto que los actores del golpismo aún mantienen sus dinámicas de poder.
Otro
factor que convierten estas dinámicas en dispositivos de poder, podría ser el acuerdo
de Cartagena de Indias firmado en Colombia en abril de 2011.
A
este acuerdo le llamaron; Acuerdo para la Reconciliación Nacional y la
Consolidación del Sistema Democrático en la República de Honduras.
Este
documento garantizó el regreso del ex mandatario José Manuel Zelaya a Honduras ya
que, para ese entonces, estaba en el exilio y el mismo fue firmado por el ex
presidente de facto de Honduras, Porfirio Lobo Sosa, el ex presidente de
Colombia, José Manuel Santos y el ahora fallecido ex presidente de Venezuela,
Hugo Chávez.
Sin
embargo, hubo una posible fuerte influencia no oficial y no publicada de la
inteligencia invisible del departamento de Estado, de los Estados Unidos de
América.
Este
aparente dominio del imperialismo, es muy probable que haya utilizado a sus
engendros politiqueros en los adentros de la Otrora Organización de los Estados
Americanos OEA y los que mantiene trabajando en los adentros del submundo de la
política hondureña.
La
firma del acuerdo de Cartagena de Indias no hizo mermar la violación de derechos
humanos en Honduras, ni debilitó la dictadura que ya estaba instalada, al
contrario, se fortaleció el crimen organizado que pronto daría un salto a la involución
de la Narco-Dictadura que recién surgía en 2011.
La
interminable sed de injerencia imperial en el país experimento, Honduras puede
radicar en lo que verdaderamente propició el golpe de Estado en 2009. Ya el
expresidente José Manuel Zelaya lo mencionó en medios internacionales, cuando
se encontraba pidiendo auxilio internacional.
Para
ese entonces, Zelaya hizo público que el motivo de la asonada castrense fue la
disputa del poder, para controlar el fuerte yacimiento de petróleo, que se encuentra
en el caribe de Honduras y que su gobierno ya había contratado a una compañía holandesa
para la exploración de ese rico yacimiento petrolífero, que podría suministrar
a toda Centroamérica.
En
varias entrevistas para la prensa internacional en 2009 y 2010, Zelaya aseguró
que los estudios de esos yacimientos, quedaron en poder del presidente de facto
Roberto Micheletti, quien nunca habló sobre ese tema, sin embargo, el ex presidente
José Manuel Zelaya tampoco volvió a referirse al mismo.
Este
misterio de los ricos yacimientos de petróleo es una fuerte causante para que Washington
y sus engendros imperiales, se mantengan diseñando sus experimentos de
injerencia en la región latinoamericana, con el fin de mantener su hegemonía mundial
sobre el triángulo norte con el apetecido oro negro.
En
relación a ello el actual gobierno de la presidente Xiomara Castro, tampoco ha
hecho referencia sobre estos yacimientos de petróleo en el caribe hondureño y recibe
fuertes ataques de críticas de la “prensa” corporativa de Honduras, cuyos dueños
son los mismos engendros que negocian con Washington.
Por
otra parte, a ocho meses de haber iniciado un nuevo gobierno en esta nación centroamericana,
es visible la infiltración de opositores dentro de las estructuras del partido
de gobierno y de la alianza política que crearon para obtener el poder del ejecutivo.
Un
famoso presentador de televisión, más cercano a la farándula que a la política,
en poco tiempo se ha convertido en un fuerte opositor de la propia alianza política
a la que él pertenece.
Salvador
Nasralla, es el nombre de este personaje televisivo que en noviembre de 2017 visitó
el departamento de Estado en Washington DC, para denunciar el fraude electoral
que él aducía haber sido víctima, pero que ahora contradice su discurso y ataca
a los que en algún momento defendió.
Estos
hechos son solo algunos, que confirman la aberración política por la que aún
sufre este Estado centroamericano y mantiene en una perenne crisis a sus
habitantes, que, según la experta de la Organización de las Naciones Unidas ONU,
Ana Ortega quien ha tenido la oportunidad de hablar con los inmigrantes que
huyen de Honduras, le dicen: “Más sufrimos cuando nuestros platos se quedan vacíos.
Vamos por necesidad”.
Ante
ello la articulación del movimiento en Honduras es una vía de emancipación real,
unificando a los pueblos nativos, afrodescendientes u originarios, campesinos,
estudiantes colegiales y universitarios, docentes y todo aquel que busque
justicia para que esta tierra dominada por estos engendros imperiales, sea
liberada, sin la dependencia de un poder político, que solo aspira el control
gubernamental.
La
reciente visita de algunas delegaciones de los pueblos pluriculturales de Honduras
a lo que ahora llaman el Centro Cívico Gubernamental, solo demostró la legitimación
de un poder que desconoce el hambre y la lucha que por más de quinientos años ha
enfrentado la pluriculturalidad hondureña.
Cuando
esta fuerza de pueblos se entere que ellos son el verdadero poder, a través de
su histórica unificación popular, comenzará a deslegitimar a estos politiqueros
y engendros imperiales y se dará el primer paso verdadero para que el futuro de
la emancipación, este más cerca.
Ronnie
Huete-Salgado es licenciado en periodismo con Maestría en Cooperación al
Desarrollo y elaboración de proyectos, estudió presencial en la Universidad
Politécnica de Valencia, España y en la Universidad Nacional Autónoma de
Honduras UNAH en donde también realizó estudios de sociología, actualmente es
corresponsal internacional para medios alternativos y autónomos de
comunicación. En el presente vive como asilado político en los Estados Unidos
de América desde hace cinco años.